Mi prima se casó hace ya más de quince años, se veía muy ilusionada. Como cualquier mujer enamorada se las jugo todas, enfrentando algunos obstáculos que se les presentan a una a veces. Todo iba bien, tuvo una niña y luego un niño. Muchas limitaciones económicas al principio, pero eso a ella no le importaba, lo único que hacia era trabajar y entregarse día a día a su esposo e hijos. Nunca había invitaciones a cenar, ni a bailar y muchísimo menos un fin de semana de resort, todo era el trabajo y la casa. Pese a todo esto sobrevivía el amor y la ilusión.
Al poco tiempo empezaron a circular los rumores, así como lo oyen, ya ustedes se imaginaran. El esposo de mi prima que también es mi primo pero por el otro lado, le estaba montando los cuernos. Como suele suceder y ustedes saben que es así, ella fue prácticamente la ultima en enterarse. Al confrontarlo, él como cualquier hombre agarrado in fraganti, le ofreció villas y castillas, así que ella lo perdonó, lo perdonó una vez, luego dos, y luego…. Sabrá Dios cuantas veces más. Lo cierto es que hasta una hija tuvo en la calle.
La situación en el hogar se torno insostenible, eran prácticamente dos enemigos viviendo bajo el mismo techo, y es que ella ya no podía soportar mas humillaciones, y él por su parte la culpaba a ella de ser el origen de sus males, hasta el punto de llamarle “azarosa”, así mismo es, ¡Que pantalones! Llamar azarosa a una mujer que lo único que hizo fue aguantarle todas sus sinverguensuras y dedicarse a sus hijos.
Pero lo cierto es señores, que Dios no se olvida de sus hijos, y mi prima encontró a alguien, un hombre que sabe lo que ella vale y que busca tratarla como tal. Sandro creía que ella no iba a encontrar a nadie, pero no fue así. Cuando me enteré de la noticia casi no lo podía creer, fue la mejor noticia que había recibido en mucho tiempo.
Mi prima actuó rápido, iniciando los trámites del divorcio. Cuando todo estuvo resuelto le entrego los papeles a su exmarido y le dijo que se iba a casar con otro (hubiera dado cualquier cosa por haberle visto la cara a Sandro) él se puso violento, y hasta le hizo amenazas, por lo que ella prefirió irse de la casa con sus hijos.
Ahora solo están esperando vender la casa y dividir en partes iguales.
La conclusión mía en este caso, es que existen hombres bien egoístas que se pasan la vida haciendo y deshaciendo, y luego cuando la esposa abre los ojos y quiere rehacer su vida quieren ponérsela en china.
Al poco tiempo empezaron a circular los rumores, así como lo oyen, ya ustedes se imaginaran. El esposo de mi prima que también es mi primo pero por el otro lado, le estaba montando los cuernos. Como suele suceder y ustedes saben que es así, ella fue prácticamente la ultima en enterarse. Al confrontarlo, él como cualquier hombre agarrado in fraganti, le ofreció villas y castillas, así que ella lo perdonó, lo perdonó una vez, luego dos, y luego…. Sabrá Dios cuantas veces más. Lo cierto es que hasta una hija tuvo en la calle.
La situación en el hogar se torno insostenible, eran prácticamente dos enemigos viviendo bajo el mismo techo, y es que ella ya no podía soportar mas humillaciones, y él por su parte la culpaba a ella de ser el origen de sus males, hasta el punto de llamarle “azarosa”, así mismo es, ¡Que pantalones! Llamar azarosa a una mujer que lo único que hizo fue aguantarle todas sus sinverguensuras y dedicarse a sus hijos.
Pero lo cierto es señores, que Dios no se olvida de sus hijos, y mi prima encontró a alguien, un hombre que sabe lo que ella vale y que busca tratarla como tal. Sandro creía que ella no iba a encontrar a nadie, pero no fue así. Cuando me enteré de la noticia casi no lo podía creer, fue la mejor noticia que había recibido en mucho tiempo.
Mi prima actuó rápido, iniciando los trámites del divorcio. Cuando todo estuvo resuelto le entrego los papeles a su exmarido y le dijo que se iba a casar con otro (hubiera dado cualquier cosa por haberle visto la cara a Sandro) él se puso violento, y hasta le hizo amenazas, por lo que ella prefirió irse de la casa con sus hijos.
Ahora solo están esperando vender la casa y dividir en partes iguales.
La conclusión mía en este caso, es que existen hombres bien egoístas que se pasan la vida haciendo y deshaciendo, y luego cuando la esposa abre los ojos y quiere rehacer su vida quieren ponérsela en china.