lunes, 7 de diciembre de 2009

Guerra avisada no mata soldado… y si lo mata es por descuidado

Era inminente la llegada del huracán, Felipe decidió tomar medidas. El día anterior fue a la ferretería, allí compró clavos y alambre, luego regresó a su casa, se subió al techo y comenzó la labor, colocó clavos en cada extremo de la madera que conformaba en ese entonces el techo de su casa, también clavó algunos en el centro que era como una especie de columna del techo, luego procedió a colocar el alambre, hizo una especie de red, para evitar que el zick que conformaba el techo volara con los vientos que habrían de venir.

José, al ver a Felipe encaramado en el techo le dijo en tono sarcástico:

- Compadre, ¿y que e’ lo que uté hace ahí arriba?
- Na’ aquí amarrando el zink, pa’ que no se lo lleve el ciclón.
Jajajajaja….. - Se burló José.
Uté ta’ loco compadre, ese ciclón no se va a llevar ningún zinc, ute ta’ trabajando de ma’.
- Bueno, hay que prevení compadre.
Jajajajaj…. – Siguió riendo José al tiempo que se retiraba del lugar.

Al día siguiente, el día estaba tranquilo, parecía un día como cualquier otro, sin embargo, se percibía cierto grado de incertidumbre, los noticieros anunciaban que pronto llegaría George, ese era el nombre del huracán. ¿Qué ira a pasar? – Se preguntaban todos.

Como a eso de las 11: 00 AM. Comienza una brisa tenue, que se va incrementando a medida que el tiempo pasa, las personas se retiran a sus casas temerosas. Comienza el viento a soplar, y desde la casa de Felipe se alcanza a ver una paloma aferrada a un árbol que se tambalea de un lado a otro. Felipe mira en dirección opuesta y alcanza a ver a José, en medio del fuerte viento, encaramado encima de su casa, agarrando el zinc para que no se le vaya, mas luego se percata de que el esfuerzo de José no ha servido de nada, y su casa se ha quedado sin cobijo. Al ver la escena una sonrisa leve se le escapa y piensa:

Hay que prevenir compadre….