viernes, 8 de octubre de 2010

La Avaricia Rompe el Saco

Hace unos días me vino a la mente un recuerdo de mi infancia, creo que tendría aproximadamente nueve años en ese entonces, el recuerdo no es muy bueno que digamos pero creo que vale la pena que lo recuerde y lo comparta.

Había ido al colmado de mi tío Jorge, que quedaba a pocos metros de mi casa, y me había comprado un triangulito, así le llamábamos a unos triangulitos de leche condensada que vendían en ese entonces. Para no tener que compartirlo me introduje el triangulito por dentro del vestido que llevaba puesto y salí corriendo con destino a mi casa. Cuando estaba casi llegando tropecé y caí boca abajo, y ¡plass!!!!... se me explotó el triangulito dentro.

Que chistoso me resulta ahora, no así en ese momento, por no compartir quede toda embarrada y pegajosa y no me pude comer el dichoso triangulito.

Reflexión:

Cuantas veces nos apegamos tanto a las cosas materiales y a la larga las cosas no resultan como se planearon. Hay que vivir la vida con desapego a lo material y sin dejarnos arrastrar por la gula, la ambición y el egoísmo.