sábado, 11 de julio de 2009

Aventureros

En un cálido día del mes de mayo, Leo propone lo siguiente a Frandy:
-Frandy, vamo a donde una familia mía con Marco y Joel.
-A dónde?
-Allí muchacho, coge la bicicleta y vamo, dile a Brayan que venga también.
-Ta bien.

12:30 pm.
Empiezan a dar pedales…. pedalea, pedalea y pedalea.

1:30 pm.
Brayan, el hermano de Frandy, de 14 años dice:

-Vamo a devolverno, vamo a devolverno.
-No, dice Leo, ya estamos casi llegando.
-Pedalea, pedalea y pedalea.

2:15 pm
-Eperenme muchacho se me tranco la cadena.
-Suass, se escucho el ruido de un vehiculo que los rebasó en la autopista.

3:00 pm.
-Ya toy cansa’o dijo Joel, paremono a descansar un rato.
-no, devolváono, - insistió Brayan.
-¡Que no muchacho!, ya tamo llegando.

4:10 pm.
- Pa dónde e’ que tú no ha traido muchacho, no vamo a joder con papi y mami, dijo Brayan.
- No te desepere, respondió Leo.
- Tengo sed, dijo Frandy.
- Dile a ete maricon que te buque agua, que por él e que tamo aquí cogiendo lucha.

5:00 pm.
-Coño Leo, y cuando e que vamo a llegar, ya toy debaratao y tengo se y hambre, dijo Marco.
- Eperate, ya hay que seguir, falta poco.
- Ma te vale que falte poco, intervino Brayan.

5:30 pm.
- Doblen por ese callejón, e por ahí.

5:50 pm.
-Muchacho, y que tu buca aquí, con quien utede andan, dijo Candy, una tía de Leo.
-No, nosotro vinimo solo, en bicicleta.
-Queeee!, utede son loco e’, de Bonao vinieron utede aquí a San Francico.
-Utede andan de su cuenta, Ovaldo coooorre, ven a ver, llama a Julio y dile que aquí ta Leo, con tres muchacho ma.

Y así fue como estos cuatro jovencitos fueron recogidos por el padre de Leo, quien le llevó Gatorade a cada uno y una funda de pan, aparte de eso al llegar a la casa, todos recibieron sus respectivas pelas.

Reflexión:

Hay que ver lo que hacen los muchachos, esta historia les parecerá tan increíble como me lo pareció a mí, pero es una historia verídica. Estos niños recorrieron más de cincuenta kilómetros en bicicletas. Muchas veces los niños hacen las cosas sin medir las consecuencias de sus actos.

Hubo un muchacho que al oír la historia dijo que en vez de darle una pela, debieron de darle un trofeo, y puede ser que sea cierto, porque eso no lo hace cualquiera, y en bicicletas no aptas para tamaño recorrido.

Pues bien, yo solo podría agregar, que hay que supervisar a los niños y jóvenes. En esta ocasión gracias a Dios no hubo una desgracia, al parecer hubo un ángel enviado por Dios, que protegió a estos chicos.