viernes, 22 de mayo de 2009

El Aborto


Era una noche como cualquier noche y al mismo tiempo distinta a las anteriores. Brenda se había acostado, sin embargo no había podido conciliar el sueño, cosa extraña en ella, regularmente quedaba rendida al instante de estar en la cama.

-Y ahora qué es este dolor que tengo - Pensó

Los días anteriores, se notaba algo preocupada y nerviosa, pero con nadie habló de aquello que la inquietaba.

- Ay Dios, ahora me duele más…

Después de algunos minutos se sintió mojada, y entonces, en medio de quejidos, se levantó a encender la luz, fue entonces cuando se percató de que se hallaba ensangrentada. En ese instante, hecha un manojo de nervios, llamó a su madre, quien al verla se asustó mucho, y de inmediato se preparó para llevarla al hospital.

- ¿Es usted la madre de la joven?
- Sí, dígame que es lo que le pasa a mi hija, doctor
- Señora esa niña se provocó un aborto, y hay que practicarle un legrado.

Estas palabras taladraron el corazón de Doña Esperanza; sus lágrimas comenzaron a rodar. Se sentía incrédula, adolorida, decepcionada...

Reflexión:

Hay un dicho por ahí que dice: “eso pasa hasta en las mejores familias” y creo que este es un ejemplo.

Doña Esperanza: Una mujer respetable, religiosa, digna. Ella nunca les dió mal ejemplo a sus hijos, siempre tuvo una conducta intachable. Sin embargo al parecer todo esto no fue suficiente.

Yo no soy ninguna experta en la materia ni nada por el estilo, además creo que los hijos son similar a una caja de sorpresas, nunca sabrás de lo podrían llegar a ser capaces. Pero en este caso, podría decir que a Doña Esperanza le falto ser un poco más amiga, además de lo excelente madre que fue, en ese hogar faltó un poco más de comunicación y confianza.

Yo como hija que he sido y como madre que ahora soy, sé que no es fácil ganarse la confianza de un hijo. La confianza de los hijos es algo que se debe cultivar desde la niñez.

Otro punto importante es el hecho de que los tiempos han cambiado, ya los niños y jóvenes no tienen la inocencia que solían tener, y esto es causado por el mismo medio que en vivimos. Los jóvenes reciben mucha información de la televisión, del Internet, de la música que escuchan y este es la causa de que conozcan más acerca del sexo.

Los padres debemos tratar de modernizarnos, al menos un poco, no me refiero con esto a que debemos aceptar que nuestros hijos mantengan relaciones sexuales a temprana edad, de ninguna manera. Lo que quiero decir es que debemos tratar el tema con ellos, hablarles de las consecuencias, decirles que esperar es lo que más les conviene.

El aborto no mejora las cosas, al menos no lo hizo en el caso de Brenda. Lo único que produjo fue dolor, vergüenza y decepción.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Violencia intrafamiliar


Era una tarde lluviosa, ráfagas de viento dominaban la ciudad, las calles tenían agua por doquier. Carlos quería salir pero la fuerte lluvia se lo impedía, no le gustaba pasar mucho tiempo en su casa, la situación con su padrastro le era insostenible. Se encerró en su habitación y encendió el radio a un volumen muy alto, mientras entonaba la canción y se movía al ritmo de la música. Pedro, estaba descansando en la habitación contigua, había llegado de madrugada completamente embriagado, al escuchar la música, se lleno de ira, se levantó y se dirigió rápidamente a la habitación de Carlos. Intento abrir la puerta pero no pudo, tenía puesto el seguro, así que la golpeó fuertemente mientras gritaba:

- ¡Baja el radio idiota! ¡que te crees!

Carlos rió sarcásticamente, mientras decía en voz baja:
- El idiota eres tú borracho infeliz.

Carlos no bajó el volumen por lo que Pedro se enojó mas aun. En ese instante Claudia, que estaba fuera de casa, llegó y al escuchar los gritos de su marido preguntó:

- ¿Pero qué es lo que pasa Pedro?
- ¿Y lo preguntas?, lo mismo de siempre, el bueno para nada de tu hijo que no se cansa de joderme la vida, pero ya le enseñaré a respetar.

Pedro siguió golpeando la puerta, pero esta vez con más furia, mientras Claudia gritaba:

- ¡No por favor, déjalo Pedro yo hablaré con él!

Pero él no hacia caso a lo que decía su mujer y al instante había echado abajo la puerta y se abalanzó sobre Carlos para golpearlo. Lo golpeo fuertemente en el estómago y luego en el rostro, Claudia intento detenerlo, pero Pedro le dió una fuerte bofetada que la tiro al suelo y luego grito:

- ¡Toma para que no te metas!
y tú gusano infeliz más te vale que me vayas respetando o de lo contrario la próxima vez te irá peor.

Tomó el radio y lo estrelló con furia, luego salió de la habitación de Carlos y se dirigió a la suya.

Carlos se quejaba adolorido, Claudia se dirigió hacia él y le dijo:
Mi hijo, ¿por que lo provocaste? mira como estás ahora.

Se dirigió al baño a buscar algo con que curarle el golpe de la cara y mientras lo hacia le aconsejaba:

- Mi hijo, por favor no lo vuelvas a hacer, ya ves como se pone.

Carlos en medio de quejidos le contestó:

- Me la va a pagar, un día de estos le voy a cobrar todo lo que nos hace. Deja ese animal, nosotros podemos arreglárnoslas solos.
- Carlos, no puedo. Por favor mejor estate tranquilo y ya no lo provoques.

Carlos sintió gran impotencia y odio hacia Pedro, sin embargo guardó silencio, al tiempo que se decía a si mismo: Maldito borracho, ya me las pagarás!.

Reflexión

Muchas veces nos preguntamos el por qué de tantos robos, atracos, asesinatos… en fin ¿por qué pasan tantas cosas malas?

Quizás analizando esta escena podamos encontrar alguna clave a este cuestionamiento.

Aquí tenemos a Carlos, un joven adolescente como cualquiera, viviendo en un mundo de maltrato, impotencia y soledad, incomprendido e indefenso, pero quizás hasta un día…

¿De qué manera se vengará Carlos? ¿Cómo le hará pagar a su padrastro tanto maltrato físico y emocional?

¿A dónde irá a parar Carlos? Quizás a las drogas o a la cárcel… su futuro es incierto y desalentador.

La familia es la base de la sociedad, una familia saludable dará como fruto una sociedad saludable. Como padres debemos esforzarnos por brindarle a nuestros hijos un ambiente de respeto y confianza, no un ambiente de maltratos.

Debemos superar nuestros temores y no ser como Claudia quien por miedo no se atreve a dar el paso, aun a costa de la vida de su propio hijo.